sábado, 17 de diciembre de 2011

La última sorpresa


Desde que llegué al Liceo de Chesnoy me había impresionado este árbol por la forma de sus grandes ramas. Me parece que este árbol tiene una gran personalidad y para evidenciar su rostro corté de los retazos de tela que me sobraron del vestido de la muñeca la forma de unos ojos, una nariz y una boca. Luego amarré sus dos caras al tronco, de esta manera es posible verle la cara alrededor.

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