Desde que llegué al Liceo de Chesnoy me había impresionado este árbol por la forma de sus grandes ramas. Me parece que este árbol tiene una gran personalidad y para evidenciar su rostro corté de los retazos de tela que me sobraron del vestido de la muñeca la forma de unos ojos, una nariz y una boca. Luego amarré sus dos caras al tronco, de esta manera es posible verle la cara alrededor.
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